Charles Babbage, nacido el 26 de diciembre de 1791 en Devonshire, Inglaterra, fue uno de los dos niños sobrevivientes de Benjamín Babbage, banquero, y Beatriz Plumleigh Teapen. Siendo un niño débil y enfermizo, el pequeño Charles padeció de una severa fiebre, que hizo que sus padres temieran por su vida y, buscando su recuperación, decidieron enviarlo a Teignmouth por un tiempo, lo que ha ocasionado confusiones sobre su lugar de nacimiento en algunos de sus biógrafos.
En octubre de 1810 Babbage ingresó al Trinity College en Cambridge donde estudió matemáticas y química. Obtuvo su licenciatura en matemáticas en 1814, graduándose como el primero en su clase, y posteriormente ingresó a la maestría en matemáticas a Cambridge, de donde se graduó en 1817. En 1816 fue elegido miembro de la Royal Society donde jugó un papel preponderante en la fundación de la Sociedad Astronómica Real en 1820, y ya en 1828 ingresó en su universidad como profesor de Matemáticas.
Se dice que durante sus años universitarios, Babbage se mostró un tanto decepcionado al descubrir que las matemáticas de Newton, que había muerto 200 años antes, seguían vigentes en Cambridge, sin mayor evolución, e ignorando todos los avances que se habían dado en diversas partes del mundo. Babbage se convenció de que sus conocimientos de matemáticas eran superiores a los de sus maestros, y decidió fundar la Sociedad Analítica, junto con H.F.W. Herschel y George Peacock, con el propósito de renovar la enseñanza de las matemáticas en Inglaterra. Fue precisamente durante una de las reuniones de la Sociedad Analítica en la que se cuenta que Babbage estaba distraído contemplando una tabla de logaritmos que se encontraba frente a él y alguien se le acercó a preguntarle: "Bien, Babbage, ¿en qué sueñas?", a lo que él respondió, mientras señalaba la tabla: "Creo que todas estas tablas podrían ser calculadas por una máquina". Babbage había constatado que muchos de los cálculos consistían en operaciones que había que repetir de manera regular, y desde este punto de vista especuló que debería ser posible diseñar una máquina calculadora que pudiera hacer estas operaciones de forma automática.
La carrera de Babbage como inventor y como autor fue muy prolífica. Dentro de sus inventos más destacados se encuentra el dinamómetro, las tarifas postales uniformes, los atrapa-vacas motorizados, las luces ocultas de los faros, el oftalmoscopio heliográfico y el velocímetro. Además, calculó las primeras tablas de mortalidad confiables, utilizadas todavía por las compañías de seguros. Asimismo, se le considera uno de los pioneros de la investigación de operaciones. Publicó alrededor de 80 libros y artículos en áreas que van desde las matemáticas hasta la teología, astronomía y política.
La Máquina Diferencial
Babbage tenía un gran interés por las máquinas calculadoras, y estudió la posibilidad de construir una máquina capaz de calcular con exactitud. En 1822 construyó la primera de sus máquinas, que podía sumar números hasta de seis cifras. Animado por el éxito continuó sus estudios y, en 1823, diseñó una máquina más elaborada a la que llamó "Máquina Diferencial", que debía estar provista de una impresora. Pero para fabricar el primer modelo necesitaba dinero (1,500 libras esterlinas) que le fue proporcionado por el gobierno, comprometiéndose Babbage a entregar la máquina en dos años. Sin embargo, la construcción avanzaba muy lentamente y, al cumplirse el plazo en 1827, la máquina aún no estaba terminada.
La Máquina Diferencial era capaz de calcular los logaritmos de 1 a 108.000 con notable precisión e imprimirlos, y formuló los fundamentos teóricos de cualquier autómata de cálculo. Por entonces Babbage ya conocía los sistemas decimales de conteo, y estaba familiarizado con la descomposición de complejas operaciones matemáticas en secuencias sencillas. La presentó en la Real Sociedad Astronómica de Londres, recibiendo por ella la Medalla de Oro de dicha sociedad. Fue entonces cuando obtuvo una subvención para diseñar y construir una máquina en diferencias más grande. Babbage esperaba terminarla en 3 años pero la construcción se alargó
en el tiempo. En 1834 se paró su construcción.
La Máquina Analítica
Su trabajo con la máquina diferencial lo llevó a nuevas ideas, y así en 1834 ya tenía realizados los primeros bocetos de la Máquina Analítica, que nunca llegó a construirse pero su diseño sentó las bases de la computadora actual. Pretendía que fuese capaz de realizar cualquier secuencia de instrucciones aritméticas. Para esta realización contó con fondos del gobierno inglés y con la colaboración de la que está considerada como la primera programadora de la historia, Ada Lovelace, hija del poeta Lord Byron. El objetivo de la Máquina Analítica era ser una calculadora de propósito general, controlada por una secuencia de instrucciones, con una unidad de proceso, una memoria central, unidades de entrada y salida de datos (¿les suena conocido?), y la posibilidad de controlar paso a paso las instrucciones, es decir, lo que hoy conocemos como programa.
En esencia era una computadora de propósitos generales. La máquina analítica de Babbage podía sumar, restar, multiplicar y dividir en secuencia automática a una velocidad de 60 sumas por minuto, y su diseño requería miles de engranes y mecanismos. Los escépticos le pusieron el sobrenombre de "la locura de Babbage".
Los trazos detallados de Babbage describían las características incorporadas ahora en la moderna computadora electrónica. Si Babbage hubiera vivido en la era de la tecnología electrónica y las partes de precisión, hubiera adelantado el nacimiento de la computadora electrónica en casi un siglo. Irónicamente, su obra se olvidó a tal grado, que algunos pioneros en el desarrollo de la computadora electrónica ignoraron por completo sus conceptos sobre memoria, impresoras, tarjetas perforadas y control de programa secuencial.
Ada Lovelace ayudó a Babbage económicamente y escribió artículos y programas para la referida máquina, algunos de ellos sobre juegos. Sin embargo, este proyecto tampoco pudo realizarse por razones económicas y tecnológicas. Se sabe que Babbage nunca recibió remuneración alguna por sus trabajos, por lo que el Parlamento Inglés decidió ofrecerle un título de nobleza a cambio (le ofrecieron el título de Barón). Babbage rehusó aceptarlo, pidiendo mejor una pensión vitalicia que tampoco llegó a recibir. Sin embargo, ha recibido algo más valioso que cualquier título de nobleza: ser considerado el padre de la computación moderna.
A pesar de que Babbage no pudo construir la máquina analítica, su proyecto supuso sentar las bases de la computación y todos los conceptos por él expuestos en su diseño se demostraron que eran correctos años más tarde. Howard Aiken, director del Proyecto Mark I de la Universidad de Harvard, afirmó: "Si Babbage hubiera vivido 75 años más tarde, yo estaría desempleado".
Babbage, por supuesto, no pudo terminar su invento y, a su muerte, había invertido en él más de 20,000 libras esterlinas. Su genio matemático, demasiado avanzado para su época, intentó algo que sólo más de un siglo después habría de hacerse realidad. En 1830 apareció su libro Reflexiones sobre la Decadencia de la Ciencia en Inglaterra, al que siguieron, en 1832, Una Economía de las Máquinas y las Manufacturas y en 1837, "El noveno Tratado de Bridgewater".
Charles Babbage murió el 24 de octubre de 1871. La Sociedad Real a la que tan fuertemente cuestionara Babbage en vida, no se molestó en imprimirle un obituario, y el Times de Londres lo ridiculizó despiadadamente. Sin duda, fue un triste final para un brillante inventor, matemático, filósofo y sobre todo pensador, poseedor de una aguda mente y una profunda inteligencia.