Uno de los conceptos fundamentales de la Ciencia de la Computación es, sin duda alguna, el de algoritmo, el cual podemos definir como “una secuencia ordenada de operaciones o pasos que permite hallar la solución a un problema”. Esta definición no se refiere, por supuesto, exclusivamente a problemas a ser resueltos por una computadora ya que la podemos aplicar a múltiples actividades, científicas o no. El origen etimológico de la palabra tiene que ver con un gran matemático de la Edad Media conocido como Al-Jwarizmi. Aunque los algoritmos datan de tiempos babilónicos y los griegos diseñaron algoritmos aún famosos (por ejemplo, el de Euclides para calcular el máximo común divisor de dos números), fue Al-Jwarizmi el primero que diseñó algoritmos pensando en su eficiencia para el cálculo de raíces de ecuaciones.
Mohammad Ibn Musa abu Djafar Al-Jwarizmi nació alrededor del año 780 en Jwarizm (la actual Khiva, en Uzbekistán), en Asia central. Su fecha exacta de nacimiento y muerte no son conocidas con exactitud, pero se sabe que realizó sus trabajos bajo los califatos de al-Ma`mun y al-Mu'tasim en Bagdad, alrededor de los años 813-833, y probablemente murió en Bagdad alrededor del año 840. Su nombre significa Mohamed, hijo de Moisés, padre de Jafar, el de Jwarizmi.
Al-Jwarizmi fue matemático, astrónomo y geógrafo; se le considera el fundador de varias ramas de las matemáticas y el que usó por primera vez determinados conceptos básicos en esta ciencia. Sus ideas influenciaron en varios matemáticos medievales.
Al-Jwarizmi fue matemático, astrónomo y geógrafo; se le considera el fundador de varias ramas de las matemáticas y el que usó por primera vez determinados conceptos básicos en esta ciencia. Sus ideas influenciaron en varios matemáticos medievales.
A Al-Jwarizmi se le considera el inventor del Álgebra, palabra que deriva de su libro Kitab al-Jabr wa-al-Muqabilah ("El Libro de las Ecuaciones y las Integrales"), que fue traducido al latín en el siglo XII. Es una compilación de soluciones de ecuaciones, de geometría elemental y de métodos relacionados con cálculos comerciales y de herencias, además de sistematizar la resolución de ecuaciones cuadráticas. El trabajo está basado en la tradición matemática de Babilonia.
Su obra de Aritmética, traducida al latín como Algoritmi de numero Indorum introduce el sistema numérico indio (sólo conocido por los árabes unos 50 años antes) y los algoritmos para calcular con él. En ella sintetizó los conocimientos griegos e hindúes aportando él sus propios descubrimientos. Explicó el uso del cero, desarrolló el sistema decimal, introdujo el sistema numeral Indio (ahora conocido como números árabes), desarrolló operaciones matemáticas entre ellas las operaciones con fracciones, perfeccionó la representación geométrica de las cónicas y entre otras muchas cosas más desarrolló las tablas trigonométricas con la función seno. Fue a través de sus trabajos sobre el sistema decimal que se conoció en Europa la numeración ahora conocida como arábiga pero que como se ve es de origen hindú. También colaboró en hallar las medidas del volumen y del radio de la Tierra ordenado por Mamun al-Rashid. Las palabras guarismo (cifra, número) y algoritmo también provienen de su nombre.
El trabajo de Al-Jwarizmi permitió preservar y difundir el conocimiento de los griegos e indios. Rescató de los griegos la rigurosidad y de los indios la simplicidad (en vez de una larga demostración, usar un diagrama junto a la palabra mira). Sus libros son intuitivos y prácticos y su principal contribución fue simplificar las matemáticas a un nivel entendible por no expertos. En particular muestran las ventajas de usar el sistema decimal indio, un atrevimiento para su época, dado lo tradicional de la cultura árabe. La exposición clara de cómo calcular de una manera sistemática a través de algoritmos diseñados para ser usados con algún tipo de dispositivo mecánico similar a un ábaco, más que con lápiz y papel, muestra la intuición y el poder de abstracción de Al-Jwarizmi. Hasta se preocupaba de reducir el número de operaciones necesarias en cada cálculo. Por esta razón, aunque no haya sido él el inventor del primer algoritmo, merece que este concepto esté asociado a su nombre. Al-Jwarizmi fue sin duda el primer pensador algorítmico.
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